jueves, 29 de diciembre de 2011

La actriz...

   Cierto día, los alumnos de primero fueron con su profesor de Educación Física, al patio para realizar las actividades pertinentes al área.
      El docente titular se encontraba en sala de maestros corrigiendo los cuadernos de sus alumnos. Faltando diez minutos para finiquitar la clase, se dirigió al patio.
    Antes de cruzar el aula de primero, comienza a escuchar risas de niños.  Al ingresar al aula, se encuentra con tres niños, que estaban brindando  (golpeando las botellas que tenían en la mano emulando la acción mencionada) con unas botellas de gaseosa.
    La semana anterior al suceso, el docente tuvo una conversación  con la madre del alumno, pues "había sacado productos del kiosco a crédito", sin autorización por  parte de esta. La mamá comentó que nunca autorizó al niño a realizar dicho acto ni tampoco lleva dinero a la escuela.
    Dado lo anterior, el maestro preguntó a los niños cómo habían conseguido las botellas, estos adujeron que las compraron.  Todos juntos se dirigieron al kiosco y la dueña manifestó que los niños utilizaron dinero para realizar la adquisición.
    Regresaron al aula y el maestro siguió inquiriendo sobre lo acontecido.  Luego de una conversación con los niños, estos admitieron que le habían sacado el dinero a una compañera de su mochila (cabe aclarar que uno de los niños estaba perdidamente enamorado de esta niña).  Para reparar el acto, debían contar a sus compañeros lo ocurrido y devolver el dinero.
     En el aula, los niños comenzaron a contar lo sucedido mientras sus compañeros miraban sin comprender mucho la situación.  Anacleta, se encontraba sentada junto al maestro y al escuchar que le habían sacado dinero de su mochila, comenzó a manifestar que se sentía mareada.  Tomó la mano de su docente (este aún atónito porque no entendía lo que estaba sucediendo) pidiendo ayuda, pues el mareo se acentuaba. El niño que le había retirado el dinero de su mochila y sentía empatía, comenzó a llorar desconsoladamente manifestando que no quería lastimar a su compañera.
     La niña, al percatarse que el llanto se hacía más intenso, comenzó a decir textual:
- Ay Geranio. ¿Quién soy?
-¿?  Sol. ¿Me estás cargando?, contestó el maestro.
- No sé dónde estos. ¿Dónde estoy?,manifestó la niña
-...
     Los compañeros comenzaron a decir que la niña había perdido la memoria por todo lo ocurrido.  El docente seguía atónito. No podía creer lo que estaba viendo.
     Al instante, la niña (tenía seis años) se para y manifiesta que siente que le faltan fuerzas...  Camina dos pasos y se tira al piso desmayada (desmayo que no fue tal, porque espiaba la situación).  A todo esto, el llanto se hizo más intenso hasta que tocó el timbre del recreo.  Los niño se fueron al recreo para distender un poco la situación.  Levantamos a Anacleta y la dejamos  sentada en la silla del "profesor" tomando un vaso de agua fresca hasta que se repuso y salió al recreo.  Nunca más faltó algo del aula.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Contenido general del blog..

     Las historias contadas aquí son producto de algunos años en la docencia.  Algunas son personales y otras fueron enviadas por algunos colegas.  Se modificaron los nombres y  género de los docentes y alumnos para que nadie se sienta afectado.
     Algunas  anécdotas son graciosas, otras no tanto.  Errores, confusiones, situaciones incómodas, etc. son cotidianas día a día, pero todas forman parte del día a día y que hacen de la docencia como una de las actividades más enriquecedoras, divertidas y que cada docente se brinda con orgullo.  Creo que por eso me cuesta "colgar el guardapolvo" y dar paso a otras actividades mejor remuneradas.   
     Como he mencionado, no todas los sucesos son personales, así que el que lo desee puede enviar las que quiera.  
     Los errores son parte constante de nuestra actividad, y al interactuar con seres humanos, son más notorios y menos tolerantes. La idea no es generar una crítica destructiva, sino que sirva para identificarse con algunas situaciones, que hacen de nuestra práctica, un privilegio único.
     Si cuando quiera comentar algo  realiza esta ecuación:
HECHO + COMENTARIO = MENSAJE NEGATIVO 

      tome dos rebanadas de pan y lo pone dentro para luego deglutirlo.  Saludos.