viernes, 24 de agosto de 2012

Te llamo para venderte algo.

     No hay nada más molesto que recibir un llamado cuando estás a punto de bañarte. Más molesto es, cuando ese llamado es para vender un producto. ¿Todavía puede ser más molesto? Sí, cuando ese llamado pre venta telefónica es para alguien que ya no reside más en ese lugar.
    Al principio, uno responde de manera cordial a este tipo de llamados, pero luego, cuando es abusivo, uno empieza a tener menos paciencia y realiza actos que "intentan" hacer ameno el mismo. Ameno para uno, porque pare el que vende, puede llegar a ser un momento tedioso.

- Hola. ¿Podría hablar con Ern Piro?
- Sí, de parte de?- respondió del otro lado, sabiendo que era para vender algún producto.
- Banco Santander.
-  Ah, bueno, esperá que hago el juego de la copa y te paso con él.
-... (se queda mudo del otro lado)
Pasados 30 segundos.
- El tema es que Ern se murió hace como dos años y la única forma que vas a tener para comunicarte con él es haciendo el juego de la copa.  
- Perdón... De todas las respuestas que nos dan como posibles, esta no figura en ningún lado (...) 
Y así hablamos un rato más con el pobre chico que vendía productos.  Terminó siendo macanudo.

Hoy...

- Musiquita...
- Hola. Hola. Hola.  Bue, me ponen musiquita, que lindo. Parece que quieren escuchar mi hermosa voz.
10 segundos después.
- Hola, hola. Perdón.
- No, está bien, no te preocupes.
- Podría hablar con Hanna Piro. 
-  (Oliendo que era una venta) ¿Quién le habla?
- Soy de STandard Bank.
- Ah, bueno, yo soy Hanna Piro.
- ... (Se queda pensando pues no podía asociar voz masculina con el nombre femenino)  Eh, si, yo llamaba para avisar que tenía una tarjeta de ...
- Ah, pero buenísimo. La quiero ya, mandamela.
-  No, perdón. 
Corta el teléfono el que llamó.

  No creo que dejen de llamar, pero por lo menos pongo en juego la creatividad para contestar y descolocar al otro.


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