Fútbol, pasión de multitudes y tema de conversación que permite integrar a la mayoría de los seres humanos, sea hombre o mujer (en Argentina). La pasión es tal, que mucha gente se ofende y puede retirarte el saludo por ser del equipo contrario. Cuando se es de un equipo no muy popular y que no se caracteriza por la obtención de títulos, el sufrimiento suele ser mayor, aunque la pasión por los colores, se mantiene inalterable sea el equipo que sea.
El padre de Grimen intentó en varias ocasiones, convertir a su hijo en hincha de River. Relojes, amenazas, etc. fueron los recursos utilizados infructuosamente para la "conversión" que nunca llegó. Los colores y las cualidades de un equipo que le costó todo el triple que al resto, fueron motivantes para añorar ese equipo.
La infancia fue centro de cargadas con su equipo, pues los lauros del mismo, no eran significativos. Una pequeña historia de victorias de varias décadas atrás era lo único que permitía jactarse. Luego, devino una época "dulce" donde comenzó a vislumbrarse un equipo competitivo y algunas alegrías de Grimen.
Siendo más grande, no conoció muchos hinchas de Gimnasia, y los que conoció, tuvo un vínculo esporádico. La paradoja del destino, hizo que tuviera un compañero hincha del equipo rival, Estudiantes. Dado que no conoció muchas personas de un equipo rival, no tenía un sentimiento tan "odioso" hacia el otro equipo. El compañero sentía cierto rechazo, pues sí había crecido en un ambiente donde el equipo de Grimen era mala palabra. Luego, el vínculo mejoró notablemente.
Fuera del secundario, "salió" con dos chicas (al mismo tiempo no, obvio) que eran de Estudiantes. Se enteró al tiempo, pues cuando conoció a los padres, fue tema de conversación (recuerdo lo afirmado con antelación, que el fútbol es tema básico de charla).
Hace poco tiempo, se enteró de una ex alumna que era hincha de Estudiantes, por suerte nunca le demostró odio por ser del equipo opositor.
En general, el fúbol une, aunque siempre hay casos de gente totalmente absorbida por este deporte, que no puede ver otra cosa, que un enemigo como rival. Una lástima, porque escapa a toda comprensión, el odio a un Otro por el mero hecho de tener empatía por unos colores.
Ojalá la sociedad sea más tolerante, porque lo diferente, llama siempre la atención y es donde podemos tener aprendizajes más significativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario