A muchas personas (por
no decir casi todas), presentan un fenómeno de posesión sobre otros
sujetos. Esto es observable en los progenitores cuando se expresan sobre
su descendencia como un Objeto de su propiedad.
El hecho no es privativo
al vínculo sanguíneo entre dos personas, pues también se presenta en un enlace
"casual" de éstos. Llamo casual al vínculo entre dos sujetos
fuera del espectro sanguíneo.
Es muy común, cuando una
persona que estableció un noviazgo con otra, que aparezca este fenómeno de
posesión, a pesar de que se pudo suscitar una ruptura entre ambas partes.
Como que una parte (o ambas) se toman atribuciones que no corresponden y el
Otro, adquiere una "forma" de Cosa y pasa a ser exclusivamente de
él. Para expresarlo vulgarmente sería: - Es mío y sólo mío, a pesar que
no esté conmigo (o nunca lo haya estado, pero basta con que haya sido en su
momento Objeto de amor) y por ende, no puede ser de nadie más.
Esta cualidad se está observando más
comúnmente, en el hombre. Cuando "libera" a la mujer, ésta pasa
a ser parte de su "staf" y le cuesta en sobremanera, liberarla del
todo. No tolera la frustración que el Otro, pueda encontrar un nuevo
sujeto para vincularse.
Este mecanismo, en muchos
casos inconsciente, utiliza estrategias elementales para estar presente
constantemente y generar confusión en el otro.
Pese a que es muy difícil
hacer consciente esta cuestión, no es imposible. Entender y comprender dicho
mecanismo ayuda a no sufrirle y por sobre todas las cosas, no concretizarlo en
el Otro. Esto último es muy difícil, pues el que no sufre es uno y es más
fácil cuando un Otro decide por uno.
Todos deseamos ser
Objeto de amor de un Otro (no solo por vínculo sanguíneo). El ser humano, es un
ser social por excelencia, por ende, constantemente estamos compartiendo un
tiempo y espacio con las personas. Vendrán y partirán infinidad de
personas, pero lo importante, es que cada uno pueda forjar vínculos sanos con
ese Otro, teniendo como premisa de que el amor (en el sentido amplio de la
palabra) es libre y que cuando va en una sola dirección, no podemos encerrarnos
en un egoísmo narcisista.
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