viernes, 20 de abril de 2012

Libreta del verdulero.

    En la gran mayoría de los colegios, el docente cuenta con una carpeta donde ubica las distintas planificaciones.  Ellas pueden ser anuales, de unidad, etc.  Algunos, ubican las distintas actividades cotidianas, principalmente, para que un Otro pueda continuar con el contenido que se venía trabajando.
    Cada quince días, los directivos pedían las carpetas docentes para profundizar sobre el trabajo de cada docente.  Muchas de las carpetas que presentaban los docentes eran impecables.  Prolijidad, decoraciones con florcitas, calcos, y demás ñoñerías.
    Gunter nunca se caracterizó por ser muy prolijo, aunque en ciertos momentos, se compenetra para intentar serlo.  Al inicio del año, su carpetar estaba impecable, prolija e inmaculada.   Pero a medida que pasa el tiempo, mágicamente aparecen unos gnomos y van destruyendo las hojas, desacomodan las letras, rompen los folios y demás.
     Los primeros meses del año, la carpeta fue observada por uno de los directivos y cuando llegó la siguiente parte del año, le correspondía al otro.   Como la primera persona, se había acostumbrado a lento deterioro de la carpeta (y el accionar de los maquiavélicos gnomos), no se percató del aspecto de esa herramienta de trabajo.
      Maguin recibió la carpeta de Gunter y al verla,  comenzó a analizarla para llegar a la conclusión de que indudablemente, no podía ser la carpeta de uno de los docentes.
     Para que el docente se esmere un poco más, le dejó la siguiente leyenda:  "Gunter, esta carpeta se parece a la libreta del verdulero...

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