jueves, 19 de abril de 2012

Sonrisa.

     La sonrisa siempre es contagiosa.  Muchas veces, cuando vemos sonreir a la gente por la calle, pensamos que está desquiciada o que vive en un mundo de fantasía.
     Yo prefiero pensar que uno está contento y disfruta de cada momento que se vive en el día.  Pero esa mueca tiene un efecto contagio y cuando ve a un Otro sonriendo, indefectiblemente lo imitamos en nuestro rostro.

     Habían pasado casi dos semanas de la última vez que había visto a esa persona y el último recuerdo de su rostro, era coincidente con lo observado en el día: una sonrisa.   En pocos segundos, se vinieron a su mente varios espacios compartidos con dicha persona, en la cual, la  consecuencia de la alegría era una manifestación común.  
     En esa recapitulación, se encontraron momentos donde hubo llanto (dos), otros momentos de seriedad, pero muchísimos más donde la mueca "festiva" se dibujaba en su rostro.  
     La sonrisa tiene un efecto tan vivificante, que llama siempre la atención y permite evocar un proverbio escocés: "La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz".

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