jueves, 12 de julio de 2012

Reiki.

     Hay gente que busca un cambio trascendental que genere una perspectiva distinta hacia la vida, por ende, comienza una búsqueda en el que su persona, circula por ámbitos variados. Otras, por el simple hecho de curosear para poder opinar, con un fundamento tangible.  El deseo de aprender todo puede ser tan fuerte que no importa qué contenido se trate.
    Grumen siempre había escuchado sobre una disciplina no reconocida por la comunidad científica  denominada reiki. Es más, una amiga muy cercana le nombraba en cada visita a la Argentina, sobre sus bondades.  En el último encuentro con Sulvi, ésta despertó cierta inquietud en el que Grumen lo concretizó, anotándose en un curso.
   Desde el inicio, pese a que la curiosidad lo movilizaba, siempre se mostró muy reacio frente a estas cuestiones.  Gozando de la protección del anonimato, intentó describir las distintas situaciones subjetivamente, permitiendo que quizás ayude a comprender a un Otro, cómo funciona esta disciplina que a priori, Grumen considera como generador de cambios, la sugestión del ser humano.
   Lo que sí podría ser llamativo, es que tenía la sensación que debía hacer el curso en ese momento y lugar donde lo realizó.

Curso
   En el curso, no observó nada llamativo.  Muchas de las personas que se inician en la práctica, sienten calor en sus manos, mareos, sed, etc.  Grumen no sintió mucha diferencia.  Conoció gente y se divirtió mucho, pero eso lo hace en cualquier lugar que es partícipe.
   En los días sucesivos, varias personas volvieron a cruzarse en la vida de Grumen, de manera casual o concreta como un llamado telefónico.  Lo llamativo fue que todo aconteció en dos semanas.
    Luego de un tiempo considerable, venciendo la apatía inició lo que se denomina el proceso de purificación:

1er. día.
 Intentó seguir al pie de la letra las indicaciones dadas, pero el nivel de dispersión de Grumen es alto y pudo realizar el proceso en un tiempo acotado.
    Como signficativo, pudo sentir cierta angustia cuando llegó a la zona del corazón, aunque la atribución es a la sugestión.  Sintió también calor, aunque es normal, pues el ser humano es una "pila" gigante que desprende constantemente energía.   Cuando finalizó, un dolor de estómago se hizo presente.


2do. día
    El tiempo de concentración fue mayor.  Se volvió a repetir esa "ansiedad" en la zona del corazón.  La sugestión juega un papel preponderante.

3er. día.
    Mucho mejor la concentración. Si bien Grumen desconfía de la disciplina, considera como logro el aumento del nivel de atención.  Ya no sintió cosas distintas.

4to. día. hasta el 20mo.
En los dias subsiguientes no hubo demasiados cambios.  El calor denotado en las manos no dejó espacio a ninguna otra característica significativa.

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