lunes, 5 de marzo de 2012

Descolocada.

       En muchas ocasiones, alguna situación puntual genera el enojo de algún sujeto.  Para algunos es una tontería, pero para otros, una fuerza interna irrumpe en su ser, para producir una ira de envergadura mayúscula.
     Muchas personas, pueden manejar esa bronca, pero a otros le cuesta muchísimo y la exteriorizan de diferentes maneras.  Así llegamos a la agresión física, verbal, psicológica, etc.
       En los niños es muy llamativo cómo manejan el enojo.  Algunos logran reprimirlo, otros, lo expresan abiertamente y otros, pueden sublimarlo de diferentes formas.
      Alina tiene una gran capacidad para el arte y para ayudar a manejar la bronca, utiliza el dibujo para no exteriorizarla de manera chocante.
     Una mañana, a Alina se le llamó la atención por no realizar sus tareas.  No pudo asimilar el mismo y para aliviar la tensión tomó su lápiz y comenzó a dibujar una planta carnívora.  Cómo el enojo aún perduraba, a su dibujo le agregó a su docente, pero con el detalle que éste, se encontraba descuartizado por la planta recién dibujada.

     La ira perduraba y no escuchaba razones del porqué del llamado de atención. El representante en el papel no bastó y comenzó a manifestar su "odio" contra la persona que tenía frente. 
      - Lo odio. Usted es malvado, etc.
      A veces, con personalidades muy estructuradas, una palabra que rompa el "molde" ayuda a bajar la tensión.
      La niña se tapaba los oídos y seguía con su discurso.  El docente, la llamó por su nombre y cuando se produjo un silencio en el que todo el mundo esperaba un grito o un llamado de atención muy fuerte, le dijo: Yo te quiero.
      Se produjo un silencio de varios segundo para luego ser roto por los comentarios dubitativos, preguntando sobre si el docente había dicho lo que había dicho.
      Luego de ese suceso, la niña trabajo y cumplió con todas las consignas dadas por el docente.

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