lunes, 19 de marzo de 2012

Una patadita.

    La violencia se está volviendo moneda corriente. El peligro que conlleva a  esto, es que nos acostumbremos tanto que frente a  cualquier situación, la respuesta será un acto violento. 
   Esa tarde, una niña que concurría al centro, había manifestado algo que la marcó.  Luego de llevar a todos los niños a sus respectivas casas,  llamó por teléfono pidiendo asesoría sobre lo que le aconteció a la niña.
    La respuesta no satisfizo al dirigente y por un impulso, se dirigió al hogar de uno de los personajes que "lastimaron" a la niña. 
    En ese momento, se encontraba  "practicando" con un bombo y tomando cerveza con algunos amigos del barrio.  Se produjo un diálogo que rápidamente fue aumentando en intensidad-  Hasta que una de las partes, con clara supremacía numérica, intentó finalizar la discusión y dejar un "mensaje" para que Griman, no "moleste" más.
    Cómo si fuese una película de Jackie Chan (aprendí hoy a escribirlo, pues puse Chaky), las patadas comenzarón a volar por todos lados.  Como si fuese una bolsa de papas, su cuerpo cayó en el piso para luego ser amasado por las piernas de la "manada".

    Los minutos parecían horas y a los golpes, se sumaban risas sobre lo acontecido.  Una vez que se cansaron de recibir "cuerpazos" en sus delicadas piernas, frenaron su embestida. Uno de los agresores profirió una amenaza y siguió con lo que habían dejado unos minutos antes.
    El resto del barrio  se había acercado a observar lo acontecido y cuando finalizó el suceso, auxiliaron a la persona que se hallaba en el suelo. 
    El impulso no fue bueno, pues no se pudo ayudar a la niña y lo único que se logró, fue que el centro termine con poca gente. 

Moraleja:  Primero piensa, luego actúa.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario