martes, 20 de marzo de 2012

Llamame...

     Cada año de la primaria (y porqué no, secundaria) tiene sus cualidades.  En los primeros años, la frescura, capacidad de sorpresa y salidas totalmente disparatadas, hacen de éstos, uno de los más dinámicos.
      En sus inicios, Grosum comenzó trabajando en los primeros años, para luego pasar al segundo ciclo de la primaria. Aunque cada cierto tiempo, realiza alguna suplencia en los grados inferiores.
     Esa mañana trabajó con su grupo de alumnos y por la tarde, suplantó a una maestra de primer año (o grado del viejo sistema).  Realizó todas las actividades que le había dejado la maestra, con su toque característico. 
     Cómo quedaba tiempo, decidió narrarles un cuento, dónde ellos eran los protagonistas.  Usando el registro, lentamente fue utilizando su nombre en el cuento, realizando alguna actividad absurda.  El cuento tuvo que terminar abruptamente, porque a uno de los niños no le gustó que una sirena se enamore de él.
     El día casi terminaba y sólo faltaba que guarden las cosas.  Cuando comenzaron a guardar, una de las niñas, el piojito más chiquitito, comenzó a anotar en un papel ciertas inscripciones.  Se levantó y se lo entregó al maestro sustituto diciéndole: - Tomá, te anoto mi número de teléfono para que me llames...

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