sábado, 31 de marzo de 2012

Superman.

     La fantasía de los niños llegan a niveles insuperables, magnificando cualquier situación de los padres o tutores.  Luego, en plena pubertad, los progenitores y tutores (pueden ser tíos, maestros, etc), descienden abruptamente para pasar a ser unos mentecatos" (existe en el diccionario).
    Recién había comenzado primer año y era uno de los más pequeñitos de la escuela.  En pocas semanas, se acomodó al ritmo de trabajo de la primaria y también, a sus tiempos y modos de juego.
     Tenía un Badeblade última generación y lo utilizaba orgulloso frente a los demás niños de grados superiores.  Perdía en la mayoría de las veces, pero eso no importaba, pues los "más grandes" le prestaban atención.
      En una de las "tiradas", mientras su Bade giraba a velocidades astrónómicas, giró su cabeza para observar lo que ocurría a su alrededor.  Al dirigir nuevamente su vista hacia su juguete, se percató que éste se había desmaterializado.
    Sus lágrimas caían a raudales de sus ojitos claros. Nadie podía consolarlo, hasta que llegó él.
     Mirando a todos los posibles sospechosos, utilizó su poder mental y descubrió quién le había robado el trompito evolucionado.  Una vez recuperado el juguete, el niñito pequeño abrazó al "héroe" y le dijo - Te quiero.

     Desde ese momento, cada vez que el "super héroe" surca el patio del recreo, recibe un abrazo sorpresivo por parte del niñito pequeño para luego irse a jugar con el resto de sus compañeros.
     Griman, "desarmado" por la muestra afectuosa del niño, se pregunta cuánto durará ésta dulce conducta. 
    

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