jueves, 17 de mayo de 2012

El nieto del demonio.

    Los abuelos son como los padres, pero te dejan hacer lo que quieras y te perdonan todo. ¿Todo?
    Gunter era un niño muy travieso. Demasiado travieso para "La Oma", su abuela materna de origen alemán.  En sintonía con este tipo de población, su personalidad era muy estructurada y el vínculo con Gunter era muy complejo, dada la diferencia de personalidad.  Uno era demasiado "inquieto" y la otra demasiado cerrada.
    El vínculo nació trunco, pues Gunter debería haber sido mujer, ya que en la familia había un varón.  Eso trajo un enojo que duró algunos meses con la madre de Gunter.
    Pasó el tiempo y el fanatismo por el fuego llevaron a quemar varias preseas de su querida abuela.  También presentó dificultades cuando devino su etapa "bichera", dónde su abuela pudo encontrarse seres de lo más variado en lugares totalmente insospechados, como heladera o cocina.
   El "amor" se hizo mayúsculo, cuando Gunter se encontraba jugando en el jardín con un frisbee y su abuela se cortaba florcitas para decorar su hogar.  En un momento, intentando integrar en su juego a la "Oma", la llamó y le lanzó el aparato volador.  La abuela se dio vuelta y el frisbee le pegó entre medio de los dos ojos, tirándola al piso y dejándola desmayada.
    Tuvo que pasar un mes para que Gunter vuelva a la casa de su abuela y mucho más tiempo,  para que la "Oma" cambie su mirada fulminante sobre su adorable nietito.



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