viernes, 25 de mayo de 2012

¡Pará de hablar!

     Según algunos estudios, el hombre dice 7000 palabras promedio por día.  La mujer, duplica esa cantidad denotando la diferencia entre ambos géneros.  Se puede aseverar, que la mujer conversa mucho más que los hombres, aunque a veces, encotramos excepciones a la "regla".
      Al finalizar su clase de natación, la profesora se acercó y le dijo - No es que me moleste, pero no podés hablar tanto.
       Grenan cayó en la cuenta, que lo que la profesora quería decir, es que la natación es un deporte individual y no se puede conversar tanto. Menos en medio de la pileta...
       Lo manifestado por la profesora hizo eco en Grenan y reflexionó sobre el asunto.  No solamente en natación tiene la "necesidad" de hablar, sino que traslada esto a todos los ámbitos donde participa.
        Llega a su trabajo temprano y ahí comienza la descarga verborrágica, pues al saludar habla de distintas pavadas con el primero que se cruce. Cabe destacar, que en el trabajo de Grenan, la oralidad cobra un papel fundamental, pues es docente de escuela.
        Una vez que dejó sus pertenencias en el piso superior, baja buscando alguna persona con la cual intercambiar palabras.  Cuando llega el momento en que se abre la puerta, se ubica en la misma y rápidamente, varios niños se acercan a comentar cosas.  En general, las personas a la mañana temprano llegan tan dormidos que no expresan gran cantidad de palabras. Pero lo que acontece entre Grenan y esos alumnos que se acercan, distan  mucho de esa afirmación, pues se producen conversaciones de gran cantidad de palabras.  Esto no genera fastidio en Grenan, pues la necesidad de conversar es mayor.
       Una vez que se ubica cada docente en su aula, sigue utilizando la palabra en demasía.  En los recreos acontece lo mismo, e incluso cuando salen los niños, pues siempre se acerca alguien a manifestar alguna cuestión.
        En las clases especiales, donde otro docente da la clase, se aburre tanto que tiene que irse para buscar alguna persona y hablar de alguna pavada.
        En el almuerzo, sino invitó a alguien a comer, logra descansar la lengua.  Con sus pacientes, sigue utilizando la palabra, más puntualmente con Lungo, que tiene características similiares.
      Cuando deviene la noche, donde cada uno está en su historia, ahí es cuando la "boca se cierra" a recuperar energía para el día siguiente. Aunque suple esto con diálogos "virtuales" con algunos amigos o, con el teléfono. 
      Si bien Grenan tiene buena verborragia, hay una cualidad en esta situacion y es que puede mantener una conversación, ya que muchas personas, pueden caer en el monólogo.
    Dentro de lo inconsciente habrá que averiguar qué necesita Grenan expresar...



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