martes, 22 de mayo de 2012

Te vas de casa...

    Cuando los padres se enojan, muchas veces tienen frases o actos que se van repitiendo en todas las familias.  Entre los ejemplos, podemos mencionar:
* Esperá que se enteré tu padre.
* Te quedás sin comer.
* Bañate.
* Me sacan canas verdes (vaya uno a saber de dónde salió esta, porque es loquísima)
* Me tienen como la mucama...etc.
     Cuando empezamos a socializarnos, nos vamos dando cuenta que las frases se van repitiendo de familia en familia, como si cada una de éstas, tuviesen el mismo manual. 
      La dificultad se presenta, cuando nos encontramos con una frase que parece típica, pero en realidad no ocurre en ninguna casa...
     Era el cumpleaños de su madre y para variar, Gruner tuvo que partarse como siempre: Mal.  Desde agraviar a la gente hasta tirar cosas al suelo para romperse. 
      Su padre, totalmente enojado, lo echó de la casa.  Rápidamente tomó una mochila y saco 3 calzones y se fue corriendo de la casa.  Su primo intentó seguirlo, pero la velocidad de Gruner era tal que no pudo alcanzarlo. 
     Deambuló dando vueltas manzanas en la cuadra frente a su casa. Hasta que el miedo inundó su ser, pues era de noche y decidió volver a su casa.  Pidiendo las disculpas pertinentes, se quedó en el cumpleaños de su madre, para seguir portándose: Malllll.
    La otra vez que escuchó la frase de "destierro" fue cuando rompió un grabador y su padre, nuevamente con las últimas y modernas teorías sobre límites lo volvió a echar del hogar.  Esta vez no tomó ropa sino una bolsa que llenó con latas de arvejas y polenta (vaya uno a saber porqué tomó eso).  No había sido el único desterrado, sino también su hermano mayor y juntos partieron para dar vueltas a la manzana, pues eran muy pequeños para cruzar la calle.
    Gruner nunca más fue expulsado de su hogar, pero motivos no le faltaron a sus padres...

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