jueves, 24 de mayo de 2012

Macumbero

     "Las brujas no existen, pero que las hay, las hay".  Esta frase, si bien asevera que no existen brujas con poderes, hay personas que se dedican a realizar actos que rozan la superstición.  Como así hay personas que realizan estos actos, hay sujetos que creen en ellos.
     Religiosamente, cada 28 de diciembre, Grenan realizaba bromas (muy pesadas) a sus amigos más cercanos. Se tomaba el trabajo de prepararlos con antelación y esperar pacientemente para observar los resultados. 
     Esa mañana le robó unas papas a su madre y tomó algunas monedas viejas de la casa de su "adorada" abuela.  También extrajo algunos granos de un maíz que había guardado en la heladera.
     Se dirigió a la casa de un amigo  fanático de ciertas cuestiones místicas.  Tarot, magia, etc. eran temas que dominaba con pasión.  Grenan, no tenía mucha idea de esas cuestiones, pero en esa época, estaba de moda "ir a ver" las macumbas, que son como "souvenirs" dejado por cierta secta para "dañar" a las personas, para utilizarlos en una broma.
    Dejó con mucho cuidado las papas con las monedas clavadas y el maíz, cerca de un árbol en la puerta de la casa. Una vez colocado los objetos tocó el timbre de la casa y obviamente, fue invitado a pasar.
   Grenan entró al hogar, ansioso esperando que su amigo descubra la "macumba".  En varias oportunidades intentó hacer que Sandren salga, pero su idea resultaba infructuosa hasta que... se escuchó un grito - Sandrennnn.
    La madre el amigo en llanto comenzó a gritar, llorar, patalear que los habían embrujado.  Sandren, también se posesionó como la madre y comenzó a gritar aún más.  En un momento, la madre casi se desmaya del susto.  
    La progenitora, utilizando el teléfono, se comunicó con una amiga que le indicó qué hacer.   Tiró algunos productos de la cocina sobre lo que encontró. Luego lo puso en una bolsa y lo prendieron fuego en un pozo que hizo Grenan. Mientras ardía, todos se agarraron las manos y la familia comenzó a decir cosas que el muchacho jamás había escuchado.
   La broma se había ido de sus manos y jamás pensó que iba a vivir lo que ocurrió. Nunca más realizó una broma en el día de los inocentes aunque no pudo descartar algunas, que obviamente, le trajeron muchos problemas.
    Nunca le dijo a su amigo que él había tirado esas cosas. - Sandres, si estás leyendo. Hola, fui yo el de la macumba.

2 comentarios: