lunes, 20 de febrero de 2012

Comprame una Barbie

     Todos los seres humanos somos distintos, cada uno cuenta con cualidades que lo hacen únicos e irrepetibles.    Algunos son más pensantes, otros más jocosos, etc.  Particularmente, me genera mucha simpatía las personalidades con muy buen sentido del humor o que desarrollan el altruísmo.
     Gratón no era un alumno que llamaba mucho la atención del grupo, pero siempre tenía salidas muy lúcidas en tiempo y forma.  No se desubicaba con los comentarios y tenía la facilidad de ponerse en el lugar de lo que estaba pensando el otro .
       Una mañana, el grupo se encontraba realizando un paseo por el barrio.  No era un grupo muy numeroso, así que se podía recorrer y realizar explicaciones pertinentes a lo que se iba observando.
      Pasando por un kiosco bastante completo de la zona, el maestro vio a Gratón y comenzó a decir en voz alta - Basta, no te voy a comprar una Barbie.
      Los demás niños miraban atónitos, pero Gratón se percató de lo que acontecía y redobló la apuesta , gritando fuerte - Dale profeeeee, dejame comprarme una Barbie. ¿Sí? Daleeeeeeee.  Mi mamá me deja. Dalee.

       Una señora miraba a cierta distancia lo que acontecía y frenó su marcha para corroborar lo que sus ojos veían.
      - Basta, Gratón.  No vas  a comprarte la muñeca.  Vamos. Vamos.
       La mitad de sus compañeros se reía y la otra mitad no entendía qué ocurría.  A la señora que miraba, se sumó un señor que también caminaba por allí.
      Gratón se tira el piso y comienza a hacer que lloraba, mientra gritaba que quería una Barbie y que por favor, se la compren.
       La señora que había frenado inicialmente, se fue vociferando que la juventud estaba perdida y su cabeza desaprobaba lo que sus ojos veían.
        La vuelta a la escuela se realizó entre risas y explicaciones de lo acontecido en el paseo. 
     

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