martes, 21 de febrero de 2012

El peluquero

    En las etapas iniciales escolares, los niños comienzan a manipular distintos objetos, entre ellos la tijera.   Éste objeto llama mucho la atención de los infantes, pues es un objeto rotulado como "peligroso", por algunos adultos.  
    No es el único objeto catalogado de esta manera, pues el punzón (hoy ya casi no se lo ve, pero es una herramienta fundamental para la motricidad) y el compás gozan de las mismas características.   El por qué radica en su filo o punta que puede llegar a producir daño al otro.
     Había pasado la primera semana de clases,  y era el momento de comenzar a manipular la tijera.  Tingo, saco su instrumento cortante y comenzó a mirarlo con cierta fascinación.   A partir de ese momento, el niño se perdió en un mundo desconocido.  El niño entró en la dimensión ... desconocida.
    No escuchaba nada, sólo quería utilizar la tijera y probarla en distintos objetos.  Inicialmente, sus primeras víctimas, fueron unas revistas.  Luego, lo sufrieron hojas, papel glasé y el alfabeto que se les había dado en los primeros días de clase.
     Se le llamó la atención y recién ahí, su mente volvió al planeta Tierra.  Se le pidió que deje la tijera un ratito dentro de su cartuchera, para luego retomar su manipulación estando más tranquilo, pero esto duró unos instantes.
    Cuando el docente se encontraba ayudando a una niña, se escuchó un -Nooooooooooooooo, mirá lo que hizo - de una voz femenina.
    Intuyendo lo peor, lentamente se dio vuelta, para encontrarse a un niño llorando.  Al observarlo bien, se percató que le faltaba un mechón de pelo importante.
    Greno, el maestro de Tingo, realizando un acto desesperado y tonto a la vez, tomó el mechón de pelo del niño y lo intentó ubicar en su lugar (siempre se hace esa pavada de ubicar las cosas rotas en el lugar que correspondía vaya uno a saber por qué).
      El daño ya estaba hecho y Tingo se quedó sin una parte de pelo en su cabellera.  A partir de ese momento, el uso de la tijera por parte del niño fue mucho más medido y tranquilo.
    

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