miércoles, 29 de febrero de 2012

La cuarta dimensión.

     En una película mediocre de ciencia ficción, pueden narrar los misterios de una cuarta dimensión.  Allí, los objetos desaparecen, se transforman o viajan... a lugares desconocidos.

       El armario de algunos docentes es el depósito de objetos de lo más variados e impensados.  Insectos, vegetales, cacharros, velas y peluches.  Éste último, parece ser un objeto de deseo de algunos alumnos, pese a la prohibición de tocar el armario.
      Los animales de tela, no eran de una belleza mayúscula, pero contaban con cierto ¿valor sentimental? (eran regalos de ex novias, por eso dormitaban en la base oscura del amario).  Vaya uno a saber, que en los cambios de aula, por parte de los docentes, aparecían esos peluches fuera del amario.
     Dentro de la selección de animales, había una abejita  que se alojaba entre los demás peluches.  Hubo un año, en el que un grupo de niñas, manipulaba en demasía dicho peluche.  Se les explicitó la importancia de dicho peluche y que no debían manipular más el armario.
     Ese mismo año, parece que se abrió un agujero que conducía a la cuarta dimensión, porque dicho peluche desapareció de la faz de la Tierra.
     En vano fueron las preguntas y las inferencias.  La abejita no fue vista nunca más, y con ella, se fue su uso para narrar historias...

   
    

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