lunes, 4 de junio de 2012

Cambiaste un poquito

    Gran parte de la adolescencia se vive en el secundario.  La escuela actúa como sostén importante para el sujeto que vive la mencionada etapa. Algunos la sufren, otros la disfrutan, pero lo que es muy claro, es que es muy distinta a lo que es la "vida en sí".  La mayoría de los sujetos sufren cambios muy notorios fuera de esta, cuando su personalidad cobra fuerza y seguridad, sin la censura incosciente propuesta por los pares postpuber.
    Todas las mañanas, Grenan pasaba a buscar a su amigo Andron, para seguir la recorrida y llegar a la casa de Papo, Pila y Pika.  La caravana duraba algunos minutos, pero siempre llegaban tarde, porque Andron se quedaba mucho tiempo peinando su cabellera.
     El ritual siempre era el mismo, llegaba a la casa, tocaba timbre, entraba, el perro feo le mordía los zapatos, la mamá pateaba al perro y Grenan corría al cuarto de Andrón para que el perro no lo muerda más. Esperaba que Andrón termine y siempre le manifestaba el mismo reprocho de porqué (Carajo) no  se despertaba antes.  Grenan odia llegar tarde a todos lados, por eso el fastidio y aún hoy llega temprano a cualquier lado.
      En el colegio, Andrón era un chico simpático, que se llevaba bien con todo el mundo. Entre los varones siempre aparecían las típicas cargadas, entre las cuales, la que se repite en demasía es la vinculada con la sexualidad, pues genera mucha ansiedad en el adolescente. Andrón no escapaba a estas y siempre recibía un canto para fastidiarlo - Andrón, sos varón.  Dado que Andrón tenía una voz algo femenina, llamaba la atención de Grenan, pero como jamás había manifestado nada, no pensó nada fuera de lugar.
     Andrón y Grenan se dejaron de ver, pues tenían gustos diferentes y la vida los fue llevando por distintos caminos.  Grenan cambió mucho físicamente (psíquicamente muchísimo más) que muchos amigos de la infancia no lo reconocían por la vía pública. Y Andrón, también cambió, aunque a Grenan le llevó un tiempo conocer esos cambios.
     Pasaron varios años y revisando unas fotos viejas, recordó a su amigo Andrón.  Cómo su casa era cercana, se dirigió a ella y cuando tocó timbre, le abrió una chica muy bonita.  Grenan le contó quién era y la chica lo invitó a pasar para tomar mate.  Conversando le comentó que Andrón ya no vivía ahí, pero tenía el teléfono, el cual le quiso suministrar, pero Grenan la frenó pues le adujo que debía preguntarle primero a Andrón si podía dármelo.
      A la semana la chica le mandó un mensaje a Grenan para darle el teléfono y poder llamar a Andrón.  Inmediatamente llamó a Andrón y concertaron un encuentro para ir a comer.
      Para el encuentro, Andrón se veía mucho más amanerado que de costumbre y lo primero que le manifestó a Grenan era - Bueno, por si no te diste cuenta, yo soy homosexual.
     Lamentablemente, esto es una arista de varias cuestiones que el sujeto tiene que inhibir. La mayoría lo logran, fuera del ámbito escolar, que genera el interrogante sobre si forma o deforma.


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