La venta telefónica pasó a ser una nueva forma de venta implementada por algunas empresas para "acosar" a sus compradores. En un principio, los ilusos usuarios telefónicos, atendían la llamada y respondía amablemente. Hoy se utilizan mentiras como "no vive más", "está en éste teléfono (y se le dice cualquiera) o el horrible "se murió" y comenzar a manipular con la culpa a la otra persona.
Era la época previo al mundial de fútbol y las publicidades se basaban en la venta de productos televisivos o todo lo emparentado a ello. Grenan se encontraba formateando la computadora, cuando el teléfono interrumpió su accionar, para atender con un "Hola" amistoso. Del otro lado del teléfono, una muchacha que "tenía puesto el disquito" comenzó a hablar sobre un concurso de preguntas. El muchacho aceptó, pues pensó que eso podría generar un beneficio a la otra parte, sin que represente molestia alguna.
Comenzó la primera pregunta y resultó ser tan pava, que Grenan comenzó a reír sin parar. La chica del otro lado esperaba. Siguió con la otra pregunta y era más infantil. Grenan seguía muy tentado que no podía frenar. Le pidió disculpas y le pidió a la chica que siga. Se hizo un silencio del otro lado del teléfono, a lo que el muchacho preguntaba si le había agarrado un calambre de lengua o alguna tontería así.
La chica volvió a tomar la palabra y le pidió que no hablen más de ese concurso, porque era una promoción para vender televisión por cable y quería hablar de otra cosa, pues siempre hablaba de lo mismo y estaba saturada. Se quedaron conversando, hasta que la supervisora de la Sonta le llamó la atención y tuvo que cortar.
Sonta renunció al otro día, pero parece que se guardó el teléfono y tres veces por semana, llamaba a Grenan para conversar.
Pasó el tiempo y hoy, Sonta y Grenan hablan poco por teléfono, pero cada tanto coinciden con una comida o unos mates con chipá de por medio, cocinados por Grenan. La amistad puede encontrarse en lugares insospechados.
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