jueves, 14 de junio de 2012

Cuidado con el perro.

    Así como hay personas propensas a los accidentes, hay sujetos que tienen una predisposición a que los perros los "ataquen".  
     Desde muy pequeño, Grim tenía fascinación por todos los animales, incluso los perros.  Siempre que tenía la oportunidad, se acercaba a ellos para acarciarlos o jugar.  
     Aunque al niño le gustaban mucho los perros, parece que éstos olían algo de éste e intentaban alejarlo con un mordisco.  Esto no intimidaba a Grim, pues volvía a realizar un acercamiento hacia cualquier can que se acercara.
    Las malas lenguas aseguran que Grim siempre tenía alguna intención poco "sana" con éste tipo de animales y que el animal, oliendo el peligro, buscaba amedrentar la intención del niño. Los antecedentes y la madurez hacen pensar que dicha inferencia es acertada, pues pasado varios años de la última mordida, un perro jamás volvió a acercarse para atacarlo.
    El ataque más signicativo, se produjo cuando tenían seis años, y caminaba por la vereda con sus hermanos.  La puerta de una casa quedó abierta y escapó un ovejero alemán que se dirigió al cachete derecho de Grim, dejando una regia mordida en su colita.   Por suerte para su nalga, el perro no arrancó el pedazo, sino que simplemente se dignó a clavar sus dientes y soltar el "pedazo" de carne.   Otra vez las malas lenguas, aseguran que su cola se veía tentadora, pero que su sabor era bastante feo.
      Siendo paseador de perros, pasaba a buscar un cubax que siempre que lo veía fuera, en vez de mover la cola, comenzaba a ladrar como un loco. Un día, cuando se acercó para llevarlo a pasear, el perro le mordío el brazo... Nunca más salió ese perro con Grim.
     Otro día, en la casa de sus primos, se había formado una bandita que salió a pasear por el barrio.  Eran mas de quince niños caminando por una calle de tierra, cuando de la nada, apareció un perro de dimensiones descomunales.  Obviamente, todos los niños corrieron al unísono y sin sacarse grandes ventajas. El perro se dirigió directamente a Grim, mordiéndole el mismo cachete que había sido probado siendo niño.  El can tenía muchos niños para elegir, pero parece que los cachetes de Grim, tienen una radioactividad llamativa a los animales.
       Luego de varios años, Grim ya perdió la cuenta de cuantos perros lo atacaron, pero calcula que más de veinte seguro.  Por suerte, ninguno de los que lo mordieron estaba rabioso, pues la cura para esta enfermedad es bastante dolorosa...

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