viernes, 15 de junio de 2012

Quiso robar...

    Cuando en una sociedad se escuchan muchos hechos de inseguridad, se genera una psicosis colectiva, en el que muchas personas, ven en un Otro un presunto agresor.
     Dos veces por semana, Groem se dirigía a un supermercado que se encontraba a cincuenta metros de su antiguo departamento, dada la cercanía y la poca gente que se adentraba en él. 
     En el negocio, Groem sacaba su listita de cosas a comprar y se paseaba por todas las góndolas, dejando siempre para lo último, los lácteos o cosas que necesitan del frío para mantener su condición de alimento apto para consumo. Una vez que tomó todos los elementos, intenta recordar si olvidó algo para luego ir a pagar a la caja.
    Cierto día, una vez tomado los elementos del listado, se encontraba recreando en su cabeza los objetos necesarios para el hogar y que olvidó anotar.  Parecería que la cara de Groem era de psicópata (nunca se vio la cara en un espejo cuando piensa) porque pasó una señora, lo observó y salió corriendo a la de seguridad.  
     Unos instantes después, la mujer de seguridad se acerca y comienza a "marcar" de cerca a Groem. El muchacho le pregunta a la mujer si estaba enamorada de él, a lo cual respondió con una negativa y aduciendo que estaba acomodando algunas cosas. 
       Se dirigió a la caja y se encontraba la señora que se "escapó".  Cuando se acerca Groem, la señora lo deja pasar con un tono de voz rígidio.  El muchacho se percató de la situación y comenzó a reirse de la situación.
       Una vez que pagó, se digirió hacia la puerta y la señora de seguridad lo frenó y le pidió amablemente y con cierta vergüenza que se abra la campera.  Se movilizó algo en Groem (no se enoja fácilmente) e inquirió a la señora de seguridad sobre lo que estaba pidiendo.  La mujer, aún más vergonzosa, le volvió a pedir que se abra la campera.  
      La bronca que sintió Groem en ese momento fue mayúscula.  Buscando la forma de devolver la agresión (nunca hay que devolver la agresión, pero bueno, hay situaciones que desbordan, raro, pero uno es humano), se sacó la campera y la tiró al piso bruscamente diciendo - ¿Ves algo que me robé?
      Luego se sacó el pulover y lo tiró al piso. La mujer de seguridad le decía, que no hacía falta que se saque eso.  Groem, aún más enojado, se bajó los pantalones, volviendo a realizar la pregunta anterior.  
      Una vez que se volvió a ponerse la ropa, la calma volvió al muchacho y con un tono de voz tranquilo, pidió disculpas a la de seguridad. Luego, le manifestó a la señora que lo había acusado de robar, que no sabía ni con quien hablaba y que lo había acusado injustamente. 
      La señora pidió disculpas también y se justificó aduciendo sobre los sucesos de la época actual. Debe ser una de las pocas veces que Groem se sacó de tan mala manera...


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