domingo, 3 de junio de 2012

Escuchá.

    No hay imagen más fuerte para un hijo, consolar a un padre, cuando en sus ojos se dibuja el miedo extremo. Más dura es la imagen, cuando la muerte es irreversible y se pasea victoriosa por todo el lugar.
    Grenan, cada vez que ingresaba al hospital, se replanteaba el porqué lo llevó allí y no a otro lugar, pero ya era demasiado tarde, no podía ser movido.  El olor que despedía ese lugar, era muy peculiar y para nada agradable.  Llegó a relacionarlo con la muerte, pues su piel se erizaba y su mente se perturbaba con pensamientos poco agrables, siendo una persona demasiado positiva.
    Una vez que inbresaba, se percataba que el estado de ánimo cambiaba y "oxigenaba" el lugar realizando chistes absurdos o simplemente conversando con la gente. 
     En todas las conversaciones que mantuvo, siempre había una idea que se repetía constantemente y sin distinción de clase: el miedo a la muerte.
    Su padre había esquivado a la muerte en varias ocasiones y se mofaba de ella, denotando poca conciencia de lo que representaba. Pero esa situación era distinta, pues era otra etapa de su vida, y había aprendido la importancia de la familia, idea surgida del compartir cotidiano con sus nietas.  Esta vez, había tomado mayor conciencia de lo que se avecinaba y lo que podría perder.
   Dolor, mal humor, insultos, etc. eran moneda corriente. Comprender y entender en situaciones así es muy complejo y asimilar lo que se avecina, es aún peor.  A pesar de la madurez, el temperamento cerrado y la diferencia de pensamiento, Ern aprendió a escuchar y logró observar a Grenan en otro aspecto. Los roles que se debían forjar hacía varios años, fueron cambiados.
    El conversar con otras personas en estado terminal le permitió entender aún más qué necesitaba "cerrar" un Otro.  Hay un dicho que se manifiesta que para tener una vida completa se debía "plantar un árbol" (el árbol es un ser que vive mucho y algunos lo consideraban eterno), "escribir un libro" (el libro debe perdurar a través de los tiempos y por ende, las ideas de quién lo escribe, perdurarán hasta la eternidad) y "tener un hijo" (es la idea más fuerte, porque los hijos son la proyección de uno y por ende, uno es como que "reencarna" en el hijo).  Esto permitió realizar la comprensión necesaria de la idea de perpetuidad en su padre, pues la angustia y miedo desbordaba sus pensamientos. El entender que uno sigue a través de los tiempos, por medio de los hijos y las ideas, hace que la ansiedad baje.
    Otra idea que circulaba y que generaba ansiedad, es la idea de lo desconocido, donde uno no sabe qué hay, pero cuando se aferra a la fé (creer sin cuestionar), también el nivel ansiógeno baja.
    Y por último, el balance de todo lo vivido, sin arrepentirse de nada sobre lo que se hizo. Lo hecho, hecho está y es parte constitutiva de lo que es el sujeto aquí y ahora. (Somos lo que somos, porque lo que hicimos y si se viviese otra vez, sería tal cual).  Cuando un ser humano se "amiga" con su pasado, presente y futuro, es cuando está en paz con él mismo y se prepara para lo nuevo.
   Pasó un día del cierre coloquial y Ern al fin descansó...


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