lunes, 11 de junio de 2012

Palizas

     Hace muchos años atrás, un coscorrón o algún llamado de atención de manera brusca, era bastante común. Hoy no se ve tanto, aunque eso no significa que no exista.  Prestando mucha atención, se puede observar algún papá o mamá generando un movimiento bruscocon el consecuente dolor del niño. 
    Su madre le habrá propinado cinco palizas en su vida, como mucho. No fueron agresiones  monumentales, pero dejaron una huella mnémica en Grum, pues pasó mucho tiempo y aún las recuerda como ayer a dos de ellas.  Su padre, una sola vez lo quiso agarrar como Homero a Bart, pero jamás sobrepasó el límite.
    Era una mañana soleada y caminando hacia la casa de sus abuelos, Grum acompañaba a su mamá.   La madre caminaba tranquila y Grum lo seguía buscando insectos y demás objetos interesantes que se encuentran siempre en el piso.  
    Su búsqueda tuvo premio y encontró una jeringa con su respectiva aguja.  Automáticamente, su mente comenzó a fantasear con que era un doctor y debía vacunar a alguien.   Pero su fantasía se vio interrumpida, cuando la mamá lo tomó de la mano y lo ayudó a cruzar, sin percatarse del hallazgo del niño
    Una vez que cruzaron, llegaron a la casa de los abuelos de Grum.  La madre, como poseía la llave del candado para ingresar en la casa de sus progenitores, se subió a una especie de escalón para poder abrir.
    La cabeza de Grum se encendió y observó como la nalga de su madre debía ser curada vaya uno a saber de qué.  Tomando la jeringa, insertó la misma de lleno en medio del cachete derecho de la cola de su madre.  La mamá, se dio vuelta y con su mano extrajo el elemento que ingresó en su cuerpo. Ofuscada, observó a Grum para luego posar sus ojos en la jeringa y automáticamente salió un regio "bife" en el cachete izquierdo de la cara de Grum.  
     Era un nueve de abril, fecha que Grum recuerda fielmente, pues aconteció un día después de su cumpleaños.  El día anterior, había recibido muchos regalos de los cuales, uno iba a ser muy difícil de utilizar, pues se trataba de un snorkel.
     Otro de los obsequios recibidos, era una araña de goma muy bonita, pero que intimidaba bastante.  Con su snorkel nuevo, tomó la araña y subiéndose a un banco, ubicó a la misma sobre la alacena.  Luego, se quedó sentado esperando a su ... víctima.
     Un ratito después, su madre ingresa a la cocina con varios platos en su poder, que se encontraban en un patio cerrado.  Cuando intenta abrir la alacena, se encuentra con el terrible arácnido de juguete, tirando todos los platos que contenía.  
      La madre, observó al niño y le sacó el snorkel. Éste se paró rápidamente y la madre le quiso pegar con el nuevo juguete (era muy pedorro) partiéndoselo en la cabeza del ¿pobre? infante.    Nunca pudo usar ese snorkel (y creo que tampoco lo hubiese usado alguna vez).
     Como conclusión, la agresión física o verbal no genera un cambio de conducta. Grum modificó su conducta por otras cuestiones que corresponden a procesos más sólidos.


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